lunes, 2 de noviembre de 2009

EL DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN

El día 16 de Octubre de cada año se celebra el día Mundial de La Alimentación proclamado en 1979 por la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (F.A.0)
Su finalidad es concienciar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.

AAMONI Y EL ECO
AITOR SEBASTIAN
Aamoni es una chica de Rwanda, África. Su familia es pobre y casi todos los días pasa hambre junto a ellos. Un día, cuando iba a recoger agua, tiro una piedra al pozo. Entonces el eco dijo: Aamoni, si quieres comer trae a tu familia aquí y tira otra piedra. A la mañana siguiente Aamoni fue con su familia al pozo y tiró una piedra.
En ese momento el pozo empezó a absorber a Aamoni y su familia, como una aspiradora absorbe el polvo.
Se encontraron en una selva con muchos árboles frutales y se instalaron allí. Pocos días después cuando Aamoni fue a un lago a coger agua, tiro una piedra y el eco la dijo:
- Aamoni, si quieres comer mejor puedes, solo tienes que traer aquí a tu familia y tirar otra piedra.
- Pero ya comemos muy bien – dijo Aamoni.
- ¿No quieres probar alguna vez pasteles? Dijo el eco.
Al final Aamoni cedió y a la mañana siguiente pasó lo mismo con el lago.
De repente aparecieron en un palacio con ricas vestimentas.
Allí se comía muy bien y decidieron quedarse.
Un día Aamoni mientras paseaba por el jardín de palacio vio un pozo y de nuevo el eco le dijo: asómate y veras dos imágenes en el agua, escoge una y tira una piedra hacia ella.
En las imágenes había una gran joya y un gran banquete y en la otra una vieja choza en medio de la selva.
Aamoni que ya estaba cansado de tanto eco, sin pensárselo dos veces tiró la piedra a la imagen de la selva y todo desapareció y Aamoni y su familia vivieron felices en la selva.


UNA DIETA SALUDABLE
CARLA RENEDO
Carlos era un niño de 10 años inquieto, travieso y muy listo, su pasión y capricho era comer muchas golosinas, chocolate y caramelos. Tal cual eran las comilonas que se daba que terminaba con dolores de tripa y diarreas, como hacia estas cosas a escondidas de sus padres, estos decidieron llevarlo al médico pues no sabían cúal era el motivo de tanto mal estar.
¿Cuál fue la sorpresa y los temores de Carlos?, ya que el doctor descubrió que ha escondidas y sin permiso ni control de sus padres, había estado atiborrándose de todo tipo de chucherías que tenia totalmente prohibido. Después de los análisis, y resto de pruebas el doctor confirmo que Carlos estaba bajo de defensas y que era debido a la mala alimentación porque no comía casi nada y tenia exceso de colesterol, producido por tanta indigestión sin control de chocolate y chuchería, así que le marcaron una rigurosa dieta equilibrada que le obligaba a comer durante todas las semanas cuatro comidas diarias, desayunos a base de zumos y cereales, comidas diarias de carnes, pescados y verduras, meriendas a base de piezas de frutas durante tres semanas en la que estaba prohibido cualquier tipo de chucherías y volviendo a la consulta del doctor dentro de tres semanas, los padres de Carlos cumplieron con la dieta equilibrada marcada por el doctor en el desayuno, comida, merienda y cenas. Fueron días difíciles para Carlos, logro aguantar a la tentación de las chuches cumpliendo con lo que le ordeno el doctor. Y volvió a la consulta del doctor que le repitió los análisis y pruebas pertinentes, los cuales revelaron que el colesterol había desaparecido por completo. El doctor viendo el gran esfuerzo realizado por Carlos le premio con una chuche, y es que a nadie le amarga un dulce y todo en exceso es malo.


CUIDAR NUESTRA DIETA ES BUENO
DAVID GARCÍA.

Érase una vez, una casa en la que vivían: el padre Tomás, la madre Rosa y los dos hijos Juan y Raúl. Juan comía muy bien, le gustaba toda la comida que su madre le ponía, y además era deportista, pero sin embargo; Raúl protestaba por la comida y cuando su madre se descuidaba la tiraba y sólo comía comida basura y chucherías. Cuando paso el tiempo su madre le hizo ver a Raúl que estaba engordando mucho y que casi no podía correr, entonces él decidió irse a hacer deporte con su hermano que tenía una gran salud, también probó la verdura y otras cosas que antes no le gustaban y se dio cuenta de que se sentía mucho mejor, ya no le molestaba la barriga cuando se agachaba y los dientes no se le picaban.
A partir de entonces se dio cuenta de lo importante que era comer de todo y no abusar de las chuches ni de la comida basura como siempre dicen nuestros padres.

OSCAR EL NIÑO QUE NO COMÍA
MARTA VICENTE
Érase una vez un niño que se llamaba Óscar. Era un niño al que no le gustaba ninguna comida, solamente le gustaba: el pan. No le gustaba ni los macarrones ¿a qué niño no le gustan los macarrones? Tampoco le gustaban las copas, ni los espagetis, ni los filetes, …
Todos los días tardaba como poco una hora y media en comer, y su madre acababa agotada de tanto decirle: “Oscar come, si no comes te quedarás muy pequeño …”. Pero él no hacia ni caso.
Un día su madre se hartó de gritarle, entonces, le apuntó a lo más terrible: “el comedor”. Óscar no quería ir pero su madre le obligó. El primer día de comedor llegó: Todos los cuidadores eran muy majos menos una que se llamaba Juana. ¡Era lo peor! No hacía más que castigar a los niños sin motivos. Cuando llegó a casa su madre le preguntó:
- ¿Qué tal tu primer día de comedor?
- Fatal, la comida no me gusta nada. Por favor mamá, desapúntame.
- No, de momento te quedas, y luego …… ya veremos.
Pasaban los días y Óscar aguantaba en el comedor. Cuando ya pasó un mes, Óscar le preguntó a su madre:
- Mamá, ¿me puedo desapuntar ya del comedor?
- Pero es que conmigo nunca comes, y en el comedor sí.
- Mamá, te prometo que si me desapuntas del comedor, me comeré todo lo que me digas, hasta las verduras y el pescado.
- Bueno, vale. Pero como no te lo comas te vuelvo a apuntar.
Al día siguiente llegó a casa para comer, y su madre le dijo:
Hoy de comer hay verduras. Y Óscar dijo:
- No Mamá, es que no lo quiero.
- Pero bueno, es que no hay niños que necesitan comida y tú la estas tirando, mientras la necesitan ellos. O te lo comes o vuelvo a apuntarte.
- Vale, vale, me lo como todo.
Óscar se comió las verduras sin rechistar, así todos los días. Hasta que un día le toco sopa de pescado lo único que ya no le gustaba. Nunca lo había probado por eso no le gustaba, su madre le dijo:
- Venga Oscar, si no lo pruebas no vas a saber a qué sabe. ¡Está muy bueno!
- Bueno la pruebo, pero si no me gusta la dejo.
- - Vale, …
Óscar cogió la cuchará y probo un poco la sopa:
- Mmm …. No está mal. Me gusta.
- No lo ves, te dije que te iba a gustar.
Óscar se la comió entera, y a partir de aquel día se comía todo lo que le ponían en la mesa. Óscar prometió una cosa.
- Prometo, que cuando algo nunca lo he probado lo pruebo y sin rechistar. Y jamás dejo una comida sin probar.


EL VERANO DE JAIME
DANIEL DIEZ
Jaime y su hermana fueron en verano de campamento a Francia. En el campamento había niños de todo el mundo y de todas las razas. Cada niño echaba de menos la comida de su país.
Jaime sabía que cada país tenía una bandera diferente, pero allí descubrió que la comida de cada país también era distinta, los profesores les explicaron que cada nación tenía una cultura con tradiciones, clima y geografía distintas. Como Jaime era muy curioso pensó en escribir lo que veía en el comedor y así empezó a contar su pequeña historia. A los niños de Brasil los relacionó con las frutas que era lo que más comían, y que las frutas aportaban fibra al organismo. Los italianos tenían mucha energía y pensó que era porque tomaban hidratos de carbono que estaban en las pastas y que daban energía. Los chinos comían arroz y verduras que también daban energía. Los niños de Finlandia comían bacalao que tiene grasas y ayudan a guardar el frío. A los niños de México les gustaban las legumbres que aportaban proteínas y dan aspecto sano. A los franceses le encantaban los quesos y Jaime averiguo que los lácteos ayudaban a crecer y fortalecer los huesos, porque aportan calcio.
Los niños de EEUU estaban gordos y no tenían ganas de hacer nada, estaban cansados porque solo comían hamburguesas y patatas fritas que sólo tenían grasas saturadas.
Los niños de África tampoco parecían muy sanos, porque comían poco y no era una dieta variada.
Jaime y su hermana Lucia tenían un aspecto muy saludable pues comían de todo. A Jaime le había gustado mucho el campamento pues había conocido a gente muy diferente y con costumbres distintas. Y lo más importante averiguó que:

COMER SANO Y VARIADO ES SALUDABLE.